domingo

La tortura no es cultura

Llegó Octubre y con el los turrones, el Señor de los Milagros y el censo -léase: arresto domiciliario. Y lamentablemente, llegaron también los asesinos vestidos con traje de luces. Aquellos que se ganan la vida derramando la sangre de un animal inocente ante el aplauso y gritos del público. Público comparable con el que asistía al Coliseo Romano a saciar su morbo. ¡Oreja! ¡Rabo! piden alentando al torero a que mutile a su víctima. El sangrante toro intenta defenderse, pero a ciegas debido a que el luminoso traje del asesino le impide ver con claridad.

Las corridas de toros como espectáculo moderno nacieron en el siglo XVIII. Y sufrieron su primer revés con la llegada al trono de la dinastía de los Borbones. Felipe V prohibió ejercer esta práctica a sus súbditos. Sin embargo, la mal llamada "fiesta brava" sobrevivió al tiempo y en nuestros días se sigue practicando con total impunidad.

El dinero hace girar a este mundo insensible y si las corridas de toros han resistido el paso de los años es justamente por el vil dinero. Se han incrementado los impuestos a estos "espectáculos" y al parecer también se ha incrementado el fervor de sus fieles simpatizantes. ¿Cómo es que produce placer ver morir a un animal? Si encuentran algún afiche anunciando y promocionando la muerte de toros, arranquenlo, rompanlo y tirenlo al tacho de basura más cercano. ¿O vas a permitir la matanza?

Aquí un video de la cruel fiesta brava


1 comentario:

Mavi Vásquez dijo...

Que terrible lo de la tortura. Oye, la revista PuntoSeguido la estuve repartiendo en la facultad de letras de San Marcos, espero que te haya llegado. Pero cuando la cuelgue te aviso.