lunes

¿Quiénes son las peladitas?

Peladitaaaaaaaas...peladitaaaaaaaaas...escucho a lo lejos en una calle que no se distingue precisamente por su pulcritud. Solo escucho el grito, no puedo ver a la persona. ¿Será vendedor de frutas? ¿Quiere vender la fruta pelada ese loco? La voz suena gruesa y aguda a la vez, no sé si es una voz gruesa tratando de parecer aguda o viceversa, pero conforme me voy acercando al punto de origen descubro una persona sentada en la vereda, "bling bling" colgando de su cuello y una gorra tapándole gran parte del rostro. Peladitaaaaaaaaaas...sigue gritando. No hay carretilla donde pueda vender sus frutas ni tampoco un cuchillo con el cual pelarlas. Usualmente suelo ser mal pensado, algo malicioso, pero de ahí a pensar que ofrecen, gritan y anuncian los servicios de prostitutas casi niñas, sin ningún reparo y vergüenza, era algo que nunca se me pasó por la cabeza.

Tal vez se preguntarán: ¿Y que hacía él -osea yo- por ahí? Caminando nomas...a la salida de Polvos Azules, me imagino que la mayoría conocerá que por allí cerca, unas calles más allá, en la intersección con la Av. Grau, hay gran cantidad de putas. De día, de noche, da igual. Siempre las encuentras allí escasas de ropa, siempre cariñosas y no muchas veces bonitas o al menos apreciables. Otra vez se preguntarán: ¿Y este como sabe si son cariñosas o no? A todo el que pasa por esa calle le dicen papi, amor, bebe, etc. Por lo que he visto, algunas les tocan el culo a sus posibles clientes, no sé si para alentarlos a un revolcón de mediodía o para chekar la billetera o en todo caso, extraer algunos billetitos sueltos.

El gorro y el bling bling seguían brillando a la orilla de la vereda, nunca dejando verse el rostro. A pesar del polo ancho de basketbolista, unos pechos abultados delataban su género. Tal vez era lesbiana, tal vez fan de Daddy Yankee yoooou, no lo sé. Lo único que supe era que el negocio de al frente era suyo y que por los gritos que daba le faltaba clientela. -"Amigo, peladitas...están chibolitas, miralas" - me trataba de convencer la caficha, chula, P.I.M.P, lo que sea. Dicho sea de paso, nunca pude comprobar la validez y autenticidad de su producto. ¿Estarían o serían realmente peladitas? En este punto debo aclarar algo. Cuando escuché lo de peladitas y me di cuenta que se referían a las putas, pensé en un primer momento que eran putas algo recorridas o mayores de edad al menos y que solo pasaban una rasuradora por aquel frondoso bosque en el que se puede llegar a convertir aquella zona de la anatomía femenina. Pero no, no eran recorridas y peor aún mayores de edad. Me di cuenta unas calles después cuando lo conversaba con mi compañera de experiencias -esto suena a agarre, no? Digamosle entonces, enamorada- Eran niñas y no había reparado en eso. ¿Mi cerebro trabaja lento o es que a veces soy muy ingenuo? ¿Serán las dos?

Luego de escuchar esa voz entre gruesa y delgada que venía debajo de la gorra de los New York Yankees, le hice caso. Esa puerta era un imán de miradas y la pared verde del interior el fondo miserable de las cortas vidas de sus habitantes. No recuerdo rostros, no recuerdo gestos. Solo vestidos cortos y mucha piel. Un chiquillo mirándolas una a una desde el interior y una escalera con destino a un colchón sucio e infecto. Todo eso en 3 segundos de mirada de lado y una balanza sopesando la lujuria en un ojo y la pena en el otro. El año pasado hice un reportaje sobre prostitución infantil, y cuando por 3 segundos vi a las "peladitas" se me vino toda la investigación a la memoria.

martes

¿Sencillo o complicado?

A veces es más difícil responder preguntas simples y básicas. Y las complicadas suelen desembocar en una respuesta sencilla, la mayoría de veces. "¿Qué es lo que más te gusta de la vida?" me preguntaron. Uno la escucha, la procesa y trata de dar una respuesta lo más cercana a la realidad. Pero al momento de procesar la pregunta, interiorizarla, reflexionar, etc., y buscar aquellas cositas que sientes que te hacen completamente feliz o te dan paz o te dejan esa sensación de sentirte completo, se complican las cosas. "La vida es más compleja de lo que parece" dice Drexler, y qué te gusta de la vida a veces de complica un poquito más. Hurgué en mis archivos mentales, escarbando en la mierdita que suele quedar a flote. "Mmmm...¿qué es lo que más me gusta en la vida?" me volví a preguntar. Seguí buscando tratando de encontrar algo digno de resaltar... y luego lo encontré. Ya casi había olvidado -he dejado de ser una persona reflexiva, hoy soy más práctico- que los detalles, las pequeñas cosas de la vida son las que le dan el verdadero sabor y sentido.

Existen algunas cosas de las que disfruto mucho y que al terminar de hacerlas puedo decir: "Que rico" (sexo?) o simplemente pensar: "Soy feliz" Porque la felicidad es así, viene en pequeñas dosis y se va sin que te des cuenta. Llega sin que uno se de cuenta también, lo triste en no darse cuenta a tiempo de aquello. Esas cosas de las que disfruto al máximo son: comer un cebichito en la playa con una par de chelas y buena compañía, obvio su cigarrito post jame, para mi es una experiencia casi orgasmica. Luego está tomar un buen vino disfrutando de una buena conversación, la buena música es indispensable, en mi caso prefiero hacerlo escuchando algo tranki. Drexler, Amy Winehouse, Damien Rice, Aristimuño, algo de jazz o bossa tal vez. Otra es leer de madrugada pegado a la ventana de mi cuarto y con un cigarro entre los dedos. Y otra, que no hago hace mucho, es caminar ebrio de madrugada bajo la lluvia y durante horas. Sí, diganme loco, pero eso me hace feliz. Ustedes pensarán: "y a mi que $#%# me importa que te haga feliz" y la verdad yo tampoco sé para que lo escribo. Tal vez para que cuando dentro de unos años, y me haya convertido en un viejo gordo, pelado y aburrido, relea esto y esboce cierta sonrisita chueca. Sí has leído hasta acá, quiere decir que estás bien aburrido o aburrida y no tienes nada que hacer, que te ha interesado al menos un poquito el post -cosa que me sorprendería sobremanera por la laxitud del post- o que sigues pensando cuales son aquellos pequeños momentos que te hacen completamente feliz.

jueves

Alcohol y golpes

Hace unas semanas salí a tomar unos tragos. Aunque en primer término, el plan era salir a comer algo y tal vez acompañar la comida con vino, chela, etc., según antojo y buena combinación con la cena. Friday´s fue la primera opción: lleno total, cola monstruosa, y ojitos buscando otro lugar. Estos ojitos y todos lo demás que buscaban no encontraron nada, porque todos los lugares de la zona se encontraban repletos, por ser fin de semana y por la reciente inauguración también.

A que viene todo esto? Ya...paciencia. Sé que me estoy yendo por las ramas, pero quería establecer el contexto. Acortemos la historia y vayamos al grano. Terminamos -como dije en un principio- tomando más que comiendo. Una supersalchipapa especial bravaza y una porción de tequeños -que cambio no? de Friday´s al Taco Loco- sirivieron de paliativo para mi ruidoso estómago. Luego llegó la carta de tragos y tuve una visión mia en el baño de casa, abrazado al inodoro y gritando que nunca más probaría trago alguno. Rato después llegaron los pisco sours.

Mmmm...otra vez me fui por las ramas, verdad? Ok, aquí va. Casi terminando la primera jarra de pisco sour fui testigo de una super masacre. Bueno, no fue tanto así, pero el impacto y la rabia desatada en las personas que vimos el hecho nos hizo sentir como si fuera de ese modo. Cuando giré la cabeza para ver porque varios niños vendedores de caramelo formaban un escandalo, pude ver un tipo recogiendo a una mujer del piso. Mis ojos, demasiado ingenuos en ese momento, vieron que nada más cargaba una víctima de los tragos y la noche. Pero no, el tipo había estado golpeando casi salvajemente a su pareja desde hacía un rato. Por el "huachimán" me enteré que la había cargado y golpeado varias veces contra una cabina telefónica. Luego, llegando al lugar donde yo me encontraba, la había empujado, lo que provocó que ella cayera al piso pesadamente y se rompiera la cabeza. Sí, se la rompió.

Lo más bochornoso vino después, cuando la gente alrededor intentó defenderla, ella lo disculpó y no dejó que nadie se meta en la cuasimasacre. Un policía motorizado que pasaba por allí, se dio cuenta de lo sucedido. Al ver la sangre en la cabeza de la chica, y los niños acusando al tipo de esto, el policía pidió una explicación -no, el policía no era condorito. La tonta, sumisa y no sé que otro término podría utilizar, defendió una vez más al tipo, y lo peor de todo, acusó a los niños que trataton de defenderla. La historia aparentemente terminó cuando una camioneta policial se llevó a los dos. Aparentemente, porque después de una hora y la segunda jarra de pisco sour vacía, el tipo volvió a aparecer, esta vez solo. Para que? Nadie sabe. Chicas: no sean como aquella tipa a la que parece ser, le encanta el chicote.