

Hoy más que nunca estoy de acuerdo con Augusto Salazar Bondy y su "Lima La Horrible". No solo por el cielo color panza de burro que nos ofrece y deprime, o por los amigos de lo ajeno que pululan en cada esquina. Sino por el caos que significa recorrer Lima en auto, y la poca seguridad que la Municipalidad coloca en cada una de sus obras.
Caso 1: Si te vas por el Cono Norte, vas a encontrar un by pass en espera porque a un vecino de la zona no le da gana de reconocer que construyó su vivienda en zona prohibida. La pista debería pasar por en medio de su casa, pero el poder judicial ha determinado que no, que a ellos tampoco les da la gana. ¿Antes de contruir, la Municipalidad no tenía un plan de la obra y que área ocuparía? Ineptitud gigantesca alcalde Castañeda.
Caso 2: El Paseo de los Héroes Navales y la construcción de la estación central. Los taxistas odian está ruta. Y lo peor de todo es que avanzan a paso de tortuga, tal vez Castañeda quiera inaugurarla faltando poco para las próximas elecciones.
Caso 3: La Vía Expresa y los cierres de los carriles centrales. La congestión que origina es tremenda a ambos lados de la vía y las vías alternas. Ya he escuchado a varios expertos decir que lo que se está haciendo no es correcto por tal y cual cosa, y que no solucionará el problema de transporte en nuestra capital. Y agarrense porque Alan quiere terminar el tren eléctrico.

Me parece perfecto que el alcalde trate de solucionar el problema del transporte, pero hay formas y formas de hacerlo. Mientras que a él se le ocurre que otra cosa construir, nosotros sigamos escuchando bocinazos y motores furiosos.