Los fujimoristas vivieron agazapados durante los primeros años del nuevo siglo mientras Fujimori tramaba su plan de acción junto a su millonaria novia Satomi Kataoka. El año 2006 los fujimoristas volvieron recargados. Juraron que el prófugo se presentaría a las elecciones presidenciales. Obviamente no lo hizo. Meses después apareció en Chile y recién bajadito del avión lo apresaron.
Hoy su último sueño se hizo humo. No logró hacerse de una curul en el Senado japonés, y con ello la impunidad a la que añoraba acogerse se le escapó de las manos. Resulta curioso como este japonés intenta ocupar cargos públicos en países en los cuales no radica. Tras esta derrota, solo le queda esperar el fallo de la segunda instancia del poder judicial chileno. Mientras esto pase, seguirá tramando su próximo plan. Seguramente tan desconcertate como a los que nos tiene acostumbrados.
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