sábado

Lima niebla, húmedad y algo más

A pesar del tráfico, los pirañas y un respetable etcétera, Lima es un buen lugar para vivir, no sé si para echar raíces pero sí para pataperrear por aquí, por allá y acullá. Si lo que quieres es tu cebiche y chela frente al mar, conversando con unos amigos mientras votas el humo del pucho en una carcajada, es la ciudad perfecta y punto. Ejemplos de lo que puedes hacer aquí y nica en otra ciudad hay miles y a ustedes se les ocurrirán más que a mi, así que me ha abstengo de ventilar la poca creatividad que me ha regalado esta noche -ya madrugada. Debe ser que falta un pucho, lo tengo pero no lo chapo porque hace mucho frío como para abrir la ventana y ventilar un poco la humareda. Además, está el tema del asma. Y tengo una teoría de como un cigarro te puede curar el asma, cuento con mi propio testimonio de 5 meses sin inhalador, pero bueno, ese ya es otro tema. Decía que Lima puede ser de la refunrinfunflai y todo el rollo, pero hay un pequeño detalle y que jode por estas épocas particularmente: La humedad de miércoles...jueves, viernes y demás días. A mi no me va matar el pucho -que me sigue haciendo ojitos sobre el escritorio-,no, el pucho no. La que va cavando mi tumba -que será chiquita por supuesto- es -no, no es mi enamorada, aunque debería- es-una vez más el es, ahora sí- es la húmedad como contaba. Para no joderme tanto la vida, he empezado a darle vuelta al asunto.

Cada mañana que despierto y miro como la niebla pasa espesa -con todas las acepciones de la palabra- frente a mi ventana, me mentalizo en Londres, sí, Londres, la ciudad de la niebla. Y voy al baño a cepillarme en inglés, pongo el canal de la BBC y ahí se termina la cosa, porque segundos después a lo lejos escucho a un cobrador gritando "dale", "sopa", "Faucettlamarinaenpershingteviolo" Todo eso me parece escuchar. Pero ya se deben enterar que soy medio sordo, algo ciego -sobretodo de noche- y altamente desmemoriado -que me sirve para no renegar tanto. Cuando el fuckin cobrado me ha bajado de mi nube, la niebla aún no me permite ver más allá de unos 30 metros calculo. Que chu, no me pierdo de mucho sino veo a alguna vecina choclona correr frente a mi casa (Tengo que cambiar mi persiana por una cortina, me siento un exhibicionista cuando me cambio de ropa y me miran desde fuera) Afortunadamente pasa una hora y chau neblina, que le deja la posta a la húmedad para desgracia de mis pulmones e indirectamente o de taquito a mi corazón por usar demasiado el inhalador.

En fin, despierto hecho una desgracia. En principio, mientras tecleaba las primeras líneas de este post, pensaba escribir sobre mi alergia matinal que me dura hasta la tarde y que a algunos ha llevado a pensar que me meto coca o que siempre ando llorando. Pero no, ha salido otra cosa, el tema ha sido la niebla creo. Y creo y no afirmo porque mi puño es tan vago y disperso como todo yo.

Odio la niebla en la mañana, pero me encanta si aparece de madrugada y estoy caminando solo en una calle llena de luces y sombras y me topo de cuando en cuando con alguna persona que me mira y la miro para enterarnos que a esa hora todo se entiende mejor.